13 abril, 2006

 

DECIMO PACHAKUTY

DE TÚPAC AMARU A INKARRÍ
O EL ANUNCIO DEL DÉCIMO PACHAKUTY

Al morir, Atawallpa aseveró que volvería en la forma de un amaru. Este último Capac Apu Inca fue muerto en la plaza sagrada del Qosqo.
Así es que las añoranzas de un nuevo incario, moderno y renovado, se mantuvieron en la población peruana hasta que el 4 de noviembre de 1780, el kuraka de Pampamarca, Surimana y Tungasuca, José Gabriel Túpac Amaru apresó al corregidor de Tinta, general Antonio de Arriaga, y luego de un público juicio efectuado en la plaza de Tungasuca, el 10 de noviembre lo ajustició por las múltiples arbitrariedades que había cometido.
El kuraka rebelde adujo ser descendiente del último inca y por eso es que adoptó el nombre de José Gabriel Túpac Amaru. Su propósito era restaurar el Tawantinsuyu, sobre la base de los principios que habían regido su funcionamiento, aunque con la adopción de los logros modernos alcanzados hasta entonces por la humanidad. El movimiento revolucionario desatado por Túpac Amaru se extendió rápidamente por doquier, amenazando con aniquilar al régimen colonial de toda Indoamérica. La guerra se propagó por todo el altiplano, mientras por el norte se extendía hasta Colombia y por el sur hasta la Argentina y Chile.
Desgraciadamente, por obra de la traición, Túpac Amaru fue apresado por una columna armada adversaria, el 7 de abril de 1781. Cayeron con él su esposa e hijos, así como la kuraka Tomasa Titu Condemayta y su escolta. Todos fueron sentenciados a muerte.
Esta cruel sentencia se ejecutó en la misma Plaza Guaca Pata del Qosqo, en que también había sido muerto el último Capac Apu Inca de Vilcabamba. Allí se le llevó a rastras a José Gabriel Túpac Amaru y a sus acompañantes, y en el patíbulo presenció la inconcebiblemente sangrienta muerte de su familia y allegados, luego de lo cual fue llevado al centro de la plaza donde se le arrancó la lengua y así con la boca sangrante fue amarrado por las manos y los pies a cuatro caballos, que lo tironearon tratando de seccionarlo en cuatro partes. Como los caballos no pudieron descuartizarlo, entonces se le puso en el suelo y se le cortaron pies, manos y cabeza, para que cada uno de esos sus restos fuera exhibido en distintas localidades de los cuatro suyus, mientras su cabeza fue dejada en exhibición en la plaza cusqueña. Luego de un tiempo, estas partes fueron retiradas, pero surgió en los pueblos indígenas del Perú la versión de que las partes separadas de Túpac Amaru se reunirían, y cuando ello ocurriera se reconstruiría INKARRÍ (o el rey Inka) y al producirse ese gran acontecimiento, el Perú volverá al incario y a su grandeza. Así, de este modo, ocurriría un nuevo DÉCIMO PACHAKUTY, con el que vendrá un renovado Tawantinsuyu, posmoderno y pleno de prosperidad, y en que el pueblo peruano volverá a su plenitud, a su grandeza y a su pleno florecimiento con equidad.
Esta versión se difundió en todos los ámbitos del Perú, aunque se mantuvo como un presagio secreto hasta que fue encontrada después de mediados del siglo XX, por una expedición antropológica que fue a estudiar a la comunidad de los Qero del Qosqo. Esa expedición fue dirigida por el Dr. Óscar Núñez del Prado (docente que fue de la Universidad del Cusco) en la década de los años 50, y en ella participó también Josafat Roel.
Pero en 1951, el Dr. José María Arguedas condujo otra expedición que tuvo el auxilio del profesor francés Dr. Francois Burricaud y en la que también estuvo el etnomusicólogo Josafat Roel Pineda (Jefe, por entonces, de la Sección de Etnomusicología del Conservatorio Nacional), la cual se encaminó a estudiar los cambios culturales habidos en la provincia ayacuchana de Puquio.
En esa expedición antropológica encontraron nuevamente el que denominaron “mito de Inkarrí”, primero, Josafat Roel Pineda, e inmediatamente después el mismo José María Arguedas.
El “mito” aquel lo recogieron los especialistas que iban en la expedición y José María lo publicó en la forma de un artículo informe, aparecido en un volumen que la Universidad Nacional Mayor de San Marcos editó en mayo de 1964, bajo el rubro de “Estudios sobre la cultura actual del Perú”. El título de ese artículo informe de José María Arguedas es el que sigue: “Puquio, una cultura en proceso de cambio”203.
En una parte de ese su artículo-informe, José María Arguedas explica la forma en que se encontró el mencionado mito de “Inkarrí”, en estos términos:
“Nos sorprendió el hallazgo de este mito. Fue el Prof. Roel Pineda quien lo descubrió, por haber participado en la misión al pueblo de Qero, de la Provincia de Paucartambo, que se realizó bajo la dirección de Óscar Núñez del Prado y con el apoyo económico de La Prensa de Lima. En Qero también fue descubierto el mito de Inkarrí, con motivos semejantes al hallado en Puquio, según Roel Pineda.”
Ahora bien, ¿cuál es el texto del “mito de Inkarrí”, hallado por primera vez por Josafat Roel Pineda, tanto en la comunidad de Qero (del departamento del Qosqo) como en Puquio? Tal texto lo transcribe José María Arguedas en su artículo-informe, tanto en su versión en quechua como en su traducción al castellano. La traducción castellana de la versión de Josafat Roel Pineda (según lo explicita Arguedas) es la siguiente:
“(Versión de Don Viviano Wamancha, recogida por Josafat Roel Pineda)
(Traducción)
“Los Wamanis existen, propiamente (como ser y como cosa original, nuestra). Ellos fueron puestos (creados) por el antiguo Señor, por Inkarrí.
“El Wamani es, pues, nuestro segundo Dios.
“Todas las montañas tienen Wamani. En todas las montañas está el Wamani.
“El Wamani da los pastos para nuestros animales y para nosotros su vena, el Agua. Nuestros Dios puso (Creó) la nube, la lluvia; nosotros lo recibimos como una bendición suya. Y de nuestros padres, los Wamanis, recibimos el Aaguay unu, porque así Dios lo ha convenido y mandado. Pero, todo (lo que existe) fue puesto (creado) por nuestro antiguo Inkarrí. El creó todo lo que existe.
“Entonces, cuando él trabajaba, le dijo a su padre el Sol: ‘Espérame’. Y con unos cinchos de hierro amarró al sol, en Osqonta, en la montaña, junto a Wanakupampa.
“Y el padre de Inkarrí fue el Sol. Inkarrí tiene abundante oro.
“Dicen que ahora está en el Cuzco.
“Ignoramos quien lo habría llevado al Cuzco. Dicen que llevaron su cabeza, sólo su cabeza. Y así, dicen, que su cabellera está creciendo; su cuerpecito está creciendo hacia abajo. Cuando se haya reconstituido, habrá de realizarse, quizá, el Juicio.
“Cuando iba a morir Inkarrí, ‘¡Oy plata y oro!’ diciendo en toda la tierra desapareció la plata. ‘Ocultaos, en los siete estados, oro y plata’, dicen que ordenó Inkarrí.
“No sabemos quién lo mató, quizá el español lo mató. Y su cabeza la llevó al Cuzco.
“Y por eso, los pájaros, en la costa, cantan: ‘En el Cuzco el rey’ ‘al Cuzco id’, están cantando.”
En el llamado “mito de Inkarrí”, pues, la cabeza cercenada de éste se halla en el Qosqo. Allí su cabellera está creciendo, “su cuerpecito está creciendo hacia abajo. Cuando se haya reconstituido, habrá de realizarse, quizá, el Juicio”.
José Gabriel Túpac Amaru fue descuartizado en la Plaza Guaca Pata del Qosqo, siendo su cabeza cercenada y clavada allí mismo. A partir de esos hechos, en la versión de las gentes humildes del Perú empezó a difundirse la esperanza, cada vez más fuerte y consistente, de que a partir de aquella cabeza cercenada, el cuerpo del Capac Apu Inca despedazado se está rehaciendo y cuando el mismo esté reconstituido ocurrirá el “juicio” de todo el sistema y, entonces, las cosas volverán a su lugar, a través de la reconstrucción posmodernizada del Tawantinsuyu. Cuando eso ocurra estaremos ante el DÉCIMO GRAN PACHAKUTY, en cuyo curso las cosas volverán a su estado natural, o sea que dejarán de estar al revés, como hasta ahora, la prosperidad volverá y con ella tendremos un nuevo incario de alegría, prosperidad, riqueza y plenitud. Tomado de: "Cultura peruana e historia de los Incas" de Virgilio Roel.

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